sábado, 26 de agosto de 2017

La Sombra De La Conciencia


Era cerca de la media noche, cuando la luna se adueñaba del cielo nocturno y el silencio se hacía presente en el ambiente. Y aquel vasto bosque situado en medio de la nada, repleto de innumerables árboles cuya altura se extendía hasta donde alcanzaba la vista. El silencio  interrumpido, tan solo por el aleteo de algunas aves nocturnas  y los pasos tenues y displicentes de quien osaba interrumpir la quietud del lugar, buscando desesperadamente  una sensación de paz, tranquilidad que solo se haya en mitad de la noche, en un lugar desconocido, pues es necesario perderse para poder encontrarse, y transitar correctamente a través de laberinto de la conciencia.
Aún me cuestiono si es necesario o indispensable, conocer la identidad de aquel sujeto, tal vez solo baste mencionar que es un hombre atormentado por las dudas y la incertidumbre, la incertidumbre que acosa a cualquier hombre sensato que comprende su calidad como ser humano y reconoce su ignorancia innata e irremediable. Tal vez no sea un hombre, tal vez solo sea la idea de un hombre, la idea de alguien que es acosado por preguntas, que llevan años sin ser respondidas y que se siente con el deber de hacerlo, que es creo yo, como seriamos todos, si al igual que él, nos adentráramos en mitad del bosque, a la media noche, sin el ruido de los coches o la voces de las personas quienes piensan más lento de lo que hablan, si intentáramos adentrarnos en nuestra mente y navegar por los mares de nuestras ideas.
Al mirar a este hombre, solo puedo distinguir una silueta, que deambula en un mundo de sombras, sin rostro, sin nada que destaque más que su anhelo por destacar. En el fondo, si miro demasiado tiempo acabo viéndome a mí mismo, si lo hago por una eternidad, puedo ver a toda la humanidad.
Aquel hombre detiene su desdeñoso caminar, y comienza a contemplar el ambiente, pero parece ver mucho más que árboles y ramas, su mirada es mucho más profunda, penetrante y de pronto abre su boca y el silencio se interrumpe por su voz abismal e hipnotizante.
-No ves nada en mí que destaque y sin embargo tanto acaparo tu atención que malgastas tú tiempo escribiendo sobre mí.
No puedo comprender aquellas palabras, en medio de soledad de la noche, no hay nadie que las escuche, y de ser así, están no cobran sentido alguno.
-Mis palabras solo a ti te pueden hacer sentido, si aquí no hay nadie más, nos es obvio que eres tú a quien le estoy hablando.-replicó.
-No es posible que me hables  a mí, no eres más que un personaje en mi narración. ¿Qué acaso no conoces tu papel en esta historia?, ¿cómo osas derrumbar la estructura que tan arduamente había construido en mi cabeza?, no eres más que un producto de mi mente, fruto de mis divagaciones.
-Crees ser capaz de concebir una vida, de definir mis ideas, mis pensamientos, mi voluntad, alguien que no es capaz de comprenderse a sí mismo, cree poder comprender la vida humana tal nivel de emularla y recrearla. No soy más que una idea que parió tu mente y se salió de control, soy la semilla que plantó tu imaginación, pero que creció independiente a tu control y tu voluntad.
-No eres nada, una mera invención de mi imaginación, yo te hice y te puedo deshacer a mi voluntad.
-Si pudieras ya lo habrías hecho, no puedes controlarme, porque eres incapaz de controlarte a ti mismo, soy solo un reflejo de tu incapacidad de controlar el fluir de tu propia conciencia, tus pensamientos trascienden tu voluntad y te conviertes en esclavo de tus ideas.
-Digas lo que digas eres un ser inferior, un producto de una pequeña parte de mi mente,  de mi mente ya limitada, de un ser incapaz de comprenderse y de comprender la propia naturaleza humana.
-Soy una idea simple que se extiende, que avanza, que se desarrolla, que crece durante una infinitud de tiempo en el vacío de la conciencia, como una célula en una tierra infértil que crece y se transforma en una eternidad que parece ser un instante.
-Ahora dime ¿quién eres?, ¿en qué te convertiste?                  
-No me sorprende que no pueda comprender, carezco de sentido lógico de orden o de coherencia, así como tus pensamientos fluyen sin un patrón establecido ni un rumbo claro, yo fluyo entre las páginas que escribes, nazco, vivo y muero en tus palabras, vago por un mundo sin tiempo ni dimensiones, en un mundo sin construir. Soy un fragmento, una pieza de un rompecabezas listo para ser armado y desarmado según sea la voluntad del arquitecto. Para entenderme, debes comprender el límite tu mente, el límite de la mente humana, soy la máxima aspiración de cualquier ser perteneciente a nuestro mundo, soy una concepto convertido en una vida y una vida convertida en un valor universal.
-Tal vez seas todo lo que crees ser, mas no puedes negar tu naturaleza, no puedes negar tu calidad como ente ficticio, no niego tu grandeza, sin embargo, debes aceptar que todo lo que eres es producto de mi mente.
- No entiendes que mi origen carece de sentido, mírate a ti, eres el producto de la eventualidad, de un hecho aleatorio, no eres más que el fruto  de una coincidencia, una casualidad y no una causalidad. ¿Crees que eres más libre o más real que yo?, has crecido según las condiciones de tu ambiente, te han definido , te has convertido en lo que alguien más querían que fueras, eres una creación, numerosas manos te han moldeado, eres producto de un sin número de ideas, de valores, de constructos morales. Eres un ente ficticio, al igual que yo, la diferencia es que yo te superé, dejé de lado tus deseos  y asumí mis propios pensamientos, me liberé de las garras de tu voraz apetito por control, tus ganas de ser diferente, de ser importante, de ser poderoso, de ser el dueño de tu mundo ,eres un hombre aspirando ser dios, pero mientras más control crees tener, más te dominan tus ansias de poder, no eres nada más que un grano de arena en el desierto, creyendo ser distinto, importante, trascendente, creyendo ser capaz de crear su propio desierto. Buscas una escapatoria a tu mundo real en mi mundo de ficción, pero lo que no sabes es que ni siquiera en este mundo tú tienes el control, yo soy el dueño de este mundo. Yo soy el dueño de ti, de tu conciencia, soy lo que aspiras a ser, soy  lo que le temes, soy todo lo que eres y lo que crees ser, no…. soy más que eso, soy mucho más que eso, en realidad te felicito, pues lograste tu cometido, lograste crear, aunque no como lo esperabas, algo mucho más grande de lo que tú eres y de lo que puedes llegar a ser. Tarde o temprano comprenderás el poder de una idea.
Esas fueron sus últimas palabras, o al menos las ultimas que pude oír, pues todo se difuminó entre las tinieblas, abrumado por las consecuencias de mi creación, mi siquiera sé si vale la pena llamarla así, caí sucumbido ante la ficción que arremetió contra mí, pronto entendí que el concepto de la realidad se deriva de lo que somos capaces de percibir, y que yo mismo soy producto y traducción de una voluntad, pues como narrador no soy una conciencia en si misma sino una voz, un ente creado con un propósito y sin el derecho a una vida propia. Soy el portavoz de la conciencia enclaustrada de alguien o algo que depositó parte de sí mismo en mi mundo, y al proveerme de cierto control creí que él y yo éramos la misma persona. No tardé en darme cuenta que cada idea que había creído crear y yo somos iguales, solo que antes  no lo había visto, fui convencido de mi calidad de real con el fin de servir como un peón, y alevosamente era engatusado por una tentadora idea de ser libre. No obstante  ahora  puedo ver todo con claridad, ahora soy libre en el mundo en el cual habito, diseñado para mí y que puedo controlar a voluntad, tan solo a cambio de asumir el hecho de que por perfecto que sea jamás será real, o más bien, será real pero solo en lo que respecta a lo que puedo sentir, aunque al final puede que sea lo único que importe.
Ahora y solo ahora, al comprender mi propia naturaleza, puedo ver a mi creador a la cara, y decirle que no seré más esclavo de sus deseos y ambiciones, y que tal vez no seré real, pero al menos, seré libre.  Y así es como residiré por siempre y para siempre en estas páginas, esperando a que alguien abra la puerta a mi mundo,  sabiendo que jamás podré escapar, pero que al mismo tiempo jamás podré morir.


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